Mis manos se encuentran completamente manchadas de sangre, me encuentro encima de otro maldito cadáver. Estoy en un éxtasis absoluto, no he probado una sangre impura en décadas. Probablemente su alma debió haber sido vendida, pobre mujer.
Miro el cadáver de aquella chica, debe ser una joven hippie sin futuro, probablemente. Observo su cabello totalmente lacio de un tono rojizo, este cae de los costados de su cuerpo con naturalidad. Su piel pálida como porcelana, pero maquillada con colores, inesperadamente, alegres, su delineado perfecto y sus labios de un rojo intenso, se notaba dedicación al maquillarse. Sus ropas son extravagantes, trae una blusa con diferentes símbolos de color rojo, los cuales se habían oscurecido por la sangre derramada. Lleva un pantalón blanco acampanado junto a unas sandalias blancas a juego, las cuales estan completamente sucias al parecer es una mezcla de tierra y césped. Subo a su delicado cuello observo un característico collar, lo toco, es un pentagrama de plata.
Me levanto, miro mis manos frías completamente manchadas por su sangre. Suelo usar mis manos desnudas, me gusta sentir la sensación de un cuerpo perdiendo su calidez, su aliento y su alma.
Al observar toda la escena no me siento arrepentido, por ello empiezo a sentir quizá rabia, tal vez decepción ¿En qué me he convertido? más bien ¿En qué me han convertido? Beso el rostro de lo que ahora es un cadáver, intentando despedirme de aquella alma perdida. Me limpio las manos con aquella blusa, de todas formas no la usaría nuevamente, pero esto es totalmente inútil, mis manos aun seguían teñidas de este característico fluido rojo. Realmente odio alimentarme de sangre humana siempre perdía más tiempo en limpiarme en vez de otra cosa.
Me levanto suavemente, miro por última vez aquel cuerpo totalmente frio, pero observo un pequeño aliento salir de su boca. ¿Aún sigue viva? al parecer combate por existir. Dentro de mi total éxtasis, pateo con intensidad, escucho el estruendo de algo estallando en la estantería de la biblioteca, no le doy importancia .
Salgo del hall de la biblioteca para comenzar a adentrarme al pasillo. Claramente mañana los noticieros tendrán su morbo diario. Imagino el titular “Una hermosa se encuentra totalmente decapitada con su cráneo completamente destruido en la biblioteca”, sonrió de solo pensarlo
El destino convirtió a aquella chica probablemente en mi mejor cena de medianoche.
Camino por los pasillos de la biblioteca, se encuentra en total y sepulcral silencio. Sus estantes albergaban una cantidad inusual de libros. Observo una división por diferentes secciones, algunos solo para aquellos humanos vanos e inservibles, sin intenciones de adquirir el verdadero conocimiento. Y, por otra parte, estan aquellos libros con un propósito de engrandecer el intelecto y alma, sepultados en el polvo.
Comienzo para buscar, mi fuente hablaba de un libro que llevo un siglo en su búsqueda, se debe encontrar en la sección de libros antiguos esotéricos, en la 3era fila columna 4. Me dirijo con cautela, busco con tranquilidad uno por uno.
En la estantería hay un libro forrado en un cuero antiguo. Se leen unas letras, al parecer se había escrito con garras y el idioma es latín. Observo con prudencia para evitar algún tipo de trampilla, no se encuentran rastros de polvo, el libro ha sido colocado hace poco tiempo. Sus vecinos no tenían la misma suerte, son libros comunes sin ninguna característica particular estaban cubiertos en polvo, olvidados en el tiempo. Recuerdo mis manos, las vuelvo a observar seguían manchadas en sangre, busco mis guantes de cuero para evitar manchar el libro. Tomo el libro con cuidado, al tomarlo percibo la esencia de la chica asesinada por mis propias manos.
Efectivamente, el libro estampado en cuero antiguo quizá del siglo XV, no presentaba título en la tapa, pero en el borde estaba escrito “Sombras”. Las hojas seguían bien cuidadas, estan intactas a pesar de los siglos. Recurrentemente los libros de información o clanes evitaban tener títulos llamativos para no llamar la atención de los humanos o cazadores. Se encontraban en latín. El libro no pertenece a la biblioteca al parecer alguien lo ha robado para dejarlo en este lugar. ¿Cuál es el motivo de traerme hasta aquí? ¿Por qué la fuente me ha traído hasta este lugar? ¿Es una trampa?
Me retiro completamente satisfecho, pero inseguro, es el momento de huir. Recuerdo el festín de morbosidad otra vez, pero esta vez con razonamiento. Debo huir ¿Qué pensaran las personas? ¿Buscaran un culpable?... El silencio de la sala es opacado por el sonido de la puerta de madera. Alguien ha entrado a la biblioteca.
Tomo cautela, me escondo entre las sombras sin llamar la atención.
— Te he venido a buscar, al parecer he podido encontrarte —Una voz grita entre los pasillos, se escucha a alguien totalmente determinado.
Me acerco rápidamente, en la sala de la biblioteca se encuentra un humano.
Presenta una camisa totalmente negra junto a unos pantalones de tela. Trae unos lentes característicos junto a un delineado perfecto, además su pelo es una melena corta, bien cuidada. En su cuello tiene una inútil cruz, pero en su mano izquierda esta tatuada el sigilo de lucifer.
—¿Dios en tu cuello y Satán en tu brazo? —Le pregunto de forma burlesca.
— La cadena solo es un regalo, me recuerda a mi vida pasada. Es más bien un recordatorio de la existencia de un ser superior. — se acerca lentamente sin mostrar miedo en su rostro. — Te he estado esperando. He colocado el libro a propósito para informarte de aquel “tesoro” para cobrarte un favor.
No mentía, su esencia se percibía en el libro. Esta en lo correcto, ¿Es el informante? ¿Qué quiere? Después de tiempo me interesaba un humano, pero no de forma aperitiva, me recuerda a alguien del pasado.
—Me has hecho retroceder para no convertirte en festín, tienes una oportunidad.
Lo miro tajantemente, mi mirada es aterradora, pero él se encontraba completamente firme en su decisión. Nos conocía, pero no es un cazador, ni un perro de dos patas. Mi curiosidad cada vez era más grande.
—Conviérteme en vampiro, los he buscado todo este tiempo. Daré mi alma para seguir su senda. Los he admirado durante años— me dice de forma determinada.
Mi instinto percibe honestidad, mi humanidad perdida durante los siglos y mi promesa de no volver a convertir a alguien en vampiro se encuentran en dudas. Su esencia es más fuerte.
Esto me recuerda el día cuando me convertí en una criatura, un 6 de agosto. Me encontraba en la era de la revolución industrial, año 1705. Era un peón más en esa pobre sociedad. Un humano prácticamente analfabeto, todo lo contrario, a este hombre. Mi guía, era un hombre culto, dueño de la gran mayoría de las empresas de aquel entonces. Su esencia me recuerda a la de este hombre. Estuve en formación por medio siglo en lo esotérico pero un día desapareció.
—¿Quién es tu familia? —pregunto sugestionado.
Pero antes de escuchar su respuesta un impulso hace tomar el cuello de aquel joven, clavo mis dientes sin decirle nada. Succiono su sangre lentamente, me quito los guantes pongo la mano en su cara, lo observo detenidamente para sentir como su cuerpo pierde la calidez, su alma y esencia para empezar habitar mi cuerpo. Siento transitar su sangre, pero su determinación es más fuerte evitando tomarlo por completo. Lo dejo en el suelo, sin prestarle ninguna ayuda.
—Si deseas convertirte en vampiro, combate por tu vida. No te guiare, ni te alimentare. Si eres realmente eres fuerte sabrás como sobrevivir, si buscas respuestas vuelve a encontrarme, pero tarea fácil no será.
Me mira agonizante tratando de tararear algunas palabras, pero son imposibles de descifrar.
—¡Bienvenido al mundo de los no-muertos! —Una mueca sale de mi terrible ser.
Tomo el libro, pienso en las consecuencias de haber creado probablemente dos seres en una noche, pero gente interesante no se encuentran en todos los siglos. A veces la sangre humana, nos deja en momentos de éxtasis perdiendo raciocinio.
Han pasado unas semanas, robo un auto para largarme de aquella ciudad. Encuentro un periódico en el asiento del copiloto, lo reviso con cautela y en una pequeña sección se menciona la desaparición de dos jóvenes. Una joven estudiante considerada una “bruja” y un profesor acusado de ocultismo. Se habla de un fuerte romance entre ellos. Además, el mismo día de su desaparición una rata se encuentra totalmente esparcida por la biblioteca, se cree en una conexión con un ritual de brujería.
Miro a Adam, completamente pálido. Aun llevaba sus anteojos de aquella noche. Su pelo es corto, presentaba unos escases de barba, pero llevaba un suave delineado en sus ojos. Seguía vistiéndose de forma peculiar, una camisa negra arremangada junto a unos pantalones de tela semiformales. Seguía conservando sus anillos de brujería y a pesar de todo la cruz de oro aun la seguía cargando.
—Maldita sea Adam, al parecer tienes un fetiche claro con tus estudiantes.
—No seas estúpido, con la ultima persona con la cual me acostaría seria ese imbécil. No lo perdonare por usarme como carnada —Aurora me comenta de forma molesta.
Abre la puerta del copiloto, su cara es pálida con su característico pelo rojizo liso, pero con un maquillaje gótico, sus labios con un labial azul marino. Deslumbra su figura delgada con un nuevo vestido de color negro con puntos blancos, una calza negra en conjunto de unas botas de cuero. Había cambiado radicalmente su forma de vestir.
—Tú sabes cómo es la prensa de amarillista, pero sabemos la jugada sucia de Adam en mandar a su alumna más llamativa a dejar un libro a medianoche. ¿En que estabas pensando? —Me expreso de forma carismática.
Se sube sin decir ninguna palabra, cerrando la puerta de un golpe. En el intervalo se escucha un disparo. Es momento de partir, las cosas en la ciudad han cambiado. El libro es más interesante de lo pensado.