Holi he vuelto! los temas a tratar cuenta una historia que trate en un palacio, criptozoologia (hombres lobos), reencarnación.
El poder de Nawel.
Un gran
terremoto azota al templo, las paredes se mueven como si estuvieran tratando de
decirnos algo. Las sirvientas corren a
buscar a los más pequeños, la gente empieza a gritar del miedo. Mientras tanto me quedo sentada acariciando a
mi lobo contemplando el gran poder de la Pachamama.
—Señora debe
resguardarse, es peligroso para usted. Debería ir al patio — me comenta una sirvienta
que corría por el pasillo.
—Mujer
indigna que le tiene miedo al poder de nuestra madre, ¿no contemplas la
magnitud de esto? Ve y dile a un Waq'asqa que se presente en el salón —le comento
enfurecida.
—Disculpe mi
señora de inmediato.
Después de
unos minutos de terminar el terremoto un hombre de edad llegaba al gran salón.
Su apariencia era bastante sencilla llevaba un unco totalmente blanco sujetada
con un cinturón junto a unas sandalias de cuero. Su pelo era blanco, sus ojos
eran negros, pero no presentaban ninguna característica animal. Su rostro
albergaba una cantidad de arrugas representando su sabiduría y experiencia.
—Estimada
Killa veo que me estabas llamando— Uku me habla con serenidad.
—Al parecer
la Pachamama nos esta enviando una señal mi estimado Sinchi. ¿Crees que esto es
una profecía? —le pregunto con cautela.
—Si, hombres
de plata vendrán a destruirnos. Enemigos de la Pachamama se sentarán en ese
trono tratando de destruir el obsequio entregado por ella. Tu linaje de awqa y
el del gran señor Sapa Inti Oqori del linaje de los t’oqori serán amenazados—su
tono cambia a preocupación.
—Después de
la primera luna llena del año un gran terremoto se avecinará para darnos la
lamentable noticia que hombres de plata se acercaran a nuestras tierras— una
voz amable aparece entre el pasillo.
Es Sapa Inti
Oqori, el hombre que he amado desde mi infancia. Siempre sereno como los pumas.
Su tono de piel es moreno, su cuerpo alberga una cantidad de heridas de guerra,
pero su resistencia es totalmente distinta a los guerreros comunes. Sus ojos color
café resplandecen valentía y determinación, observándose rasgos felinos. Su
pelo es totalmente negro como la noche enmarcando su rostro fiero y aguerrido.
—¡Has vuelto!
Pensé que ibas a tardar más días—le menciono entusiasmada.
—No hay vuelta
atrás, la gran serpiente deberá enfrentarlos primero esperemos que puedan derrotarlos.
Sino la profecía se podría cumplir— Oqori menciona preocupado.
—Si, Inti jamás
se equivoca y las profecías nombran a estos seres más poderosos que nosotros,
pero primero debemos enfrenarnos contra Nawel. ¿Cuándo toman curso?—Pregunta
tranquilamente Waq’asqa.
—¿Nawel? ¡Estás
loco! Habíamos quedado en no seguir el curso a esas tierras— me levanto
molesta.
—Son las
tierras prometidas por Inti, las tierras que nos protegerán. Los picunches no deberían
habitar esas tierras, solo son gente salvaje. Partiremos mañana estimado Uku.
—La profecía
dice que al momento de tomar rumbo aquellas tierras después de un gran
terremoto solo significarían la caída del gran imperio. Tu lugar es aquí mi
amado Sapa preparándonos contra los hombres de plata —lo observo con tristeza.
—Si mi
destino es morir escapa al lugar prometido, conserva nuestro linaje y llévate parte
del pueblo. Sabes que Atahualpa quiere llegar al trono de cualquier manera— Oqori
me besa la frente.
**
Una leyenda cuenta
sobre un gran grupo de guerreros parte a un terreno al sur del imperio. Ese
grupo estaba conformado por diferentes pueblos conquistados por ellos. El Sapa
Inti Oqori era una leyenda viviente un hombre con la capacidad de cambiar su
forma a un puma, su fuerza es similar a la de un animal y su resistencia era prácticamente
bestial. Era uno de los pocos guerreros bendecidos por la Pachamama algo que
Altahualpa envidiaba. Esta majestuosa leyenda desapareció…
***
Sapa Inti Oqori
se encontraba frente a un gran rio, poco se hablaba de este porque pocos habían
llegado vivos hasta ese punto. Pero frente de él un gran grupo de salvajes
conocidos como picunches estaban del otro lado.
—¡NAWEL! te
he estado buscando por años hermano mío traicionero de nuestro imperio. ¿Trabajando
para unos salvajes? – Sapa inti Oqori le grita enojado.
—Oqori,
hermano mío no tenías que venir hasta aquí. Deberías haberte quedado con la información
de mi muerte. Vete y no sigas causando más problemas. Tienen todo para
sobrevivir.
—No me iré,
debo proteger a mi pueblo y las leyendas dicen que esta es la tierra prometida
para salvarse del gran hombre de hierro. Vienen en camino Nawel.
—Siempre te
he dicho que nuestro sistema de gobierno es nuestro problema. El sistema de los
picunches es algo magnifico, si solo no fueras tan arrebatado podrías cambiar
el transcurso del destino.
—Atahualpa
siempre ha dicho que has sido un traicionero Nawel. Nunca debiste haberte ido
con ese gran poder.
—Atahualpa
es un sucio mentiroso, lo sabemos ambos siempre ha envidiado nuestro poder. Inti
y la Pachamama jamás se equivocan. Por eso te digo hermano mío vete, cuida tus
espaldas de Atahualpa.
Un hombre vestido
con un unco completamente negro se acerca al Sapa para decirle que debe atacar
a su hermano. Que no debería tolerar la traición. Mucho se habla de este hombre
que llevo a Oqori a cometer el error de su vida enfrentarse a su propia sangre.
Los sobrevivientes a esta gran batalla
lo describen como un hombre, pero con rasgos de montaña, varios profetas creen
en la presencia de un Apu.
Oqori al no
poder transar con su hermano y al oír las palabras de su guía entra en frenesí convirtiéndose
en un hombre con apariencias animales. Un hombre mitad puma se menciona
observar una fuerza totalmente bestial pero no era el único con el poder de la Pachamama
porque su hermano también lo poseía. Nawel como bien indica su nombre era un
hombre mitad jaguar tan fuerte como su hermano.
—Maldita sea
Ogori ¿Por qué llegaste a este punto? — Nawel se defiende del ataque de su
hermano.
—Eres una
rata traicionera, no deberías poseer gran poder —Ogori saca 2 cuchillas para
atacar a su hermano.
—Débil como
siempre peleando con tus cuchillas. Solo te diré que existirá un solo
sobreviviente hermano mío— Nawel empuña una lanza para defenderse del ataque de
su hermano.
Dos
semidioses bajaban a la tierra a pelear por sus ideales, ese día se presencio
una gran lluvia los dioses estaban molestos por la gran batalla entre ambos
individuos. En el gran salón un aire de mal agüero recorría el cuerpo de Killa,
su lobo empezó aullar anunciando el peor desenlace.
Nawel entrenado
por los grandes guerreros picunches derroto a Ogari pero por una pequeña brecha
de diferencia. El siempre había sido el más débil de la camada, pero su espíritu
jaguar ese día brillo dándole una gran estocada en el corazón a su hermano.
—Ogori,
hermano te lo había advertido no debiste haber empezado esta guerra. Deje el
pueblo Inca porque me enamore de una mujer porque la Pachamama necesitaba conservar
el legado en este hermoso pueblo. Mi hijo lleva tu nombre porque siempre te he
amado Ñamku y ha heredado el linaje de los pumas como su tío. Perdóname—Nawel abraza
a su hermano por ultima vez.
Nawel toma su
lanza la limpia completamente y da un salto enorme para degollar de un tirón al
Apu presente.
—Váyanse de aquí
y no vuelvan. Los verdaderos seguidores de mi hermano protegerán a mi sobrino y
a Killa. Llévensela del Cusco para ir Machupichu, que los hombres de plata no
sepan la existencia de ese lugar ni de nuestro poder. Si algo malo le hacen una
maldición caerá sobre todos ustedes—Nawel les grita de forma molesta.
****
Han pasado
más de 10 años de la muerte de mi amado, Atahualpa tomo el poder al enterarse
de la muerte del Sapa por suerte Uku tenía todo preparado. Nos llevo a mi y a
parte de la civilización a un lugar profético donde solamente lo conocían personas
como él a la tierra de Machupichu. Mi hijo sucesor ha sido obsequiado por el poder
de la Pachamama otorgándole una forma extraña descrita por Ogori como un jaguar
un felino que habitaba la tierra de su tío. Una profecía dice que aquel linaje combatirá
en un futuro a los hombres de plata para lograr la independencia de estas
tierras para poder volver a crecer como civilización.